Bien entrada la década de los 60, los Beatles eran ya más influyentes que el papa; pero todavía había quien se atrevía a decirles que no. Una de esas personas fue el escritor británico J. R. R. Tolkien, quien truncó el sueño de John Lennon de llevar El Señor de los Anillos a la gran pantalla.
La historia fue desvelada por Peter Jackson (quien dirigió la adaptación cinematográfica de El Señor de los Anillos treinta años después) en una Comic-Con de San Diego. Según Jackson, Lennon había sido el principal impulsor de un temprano intento de convertir la novela de Tolkien en una película. Tenía hasta el casting pensado: George Harrison habría interpretado a Gandalf; Paul McCartney, a Frodo; Ringo habría hecho de Sam, y el propio Lennon se habría quedado el papel de Gollum.
“Escuché rumores de que iba a ser su próxima película después de Help!”, dijo Jackson. “Hablé de esto con Paul McCartney y me lo confirmó”.
En 1967, John Lennon se acercó a Kubrick (sí, Stanley Kubrick) para que dirigiera su película y el proyecto tomó forma. Pero Tolkien los rechazó. El escritor no había vendido aún los derechos de la obra y la idea de que los Beatles adaptaran a sus personajes le horrorizó. No hubo nada que hacer.
“Paul fue muy amable”, añadió Jackson. “Me dijo ‘estuvo bien que no hiciéramos nuestra adaptación porque entonces no habrías hecho tú la tuya, y ha sido genial poder ver la tuya’. Le dije: ‘lo que me apena son las canciones; habríais creado unas melodías fantásticas para esto: al fin y al cabo erais los Beatles. Es una pena que nos lo hayamos perdido’”.
El de los Beatles fue, de hecho, el segundo intento de adaptar El Señor de los Anillos a la gran pantalla. En 1956, la editorial George Allen & Unwin había propuesto a Tolkien una película de animación basada en la novela. El escritor quedó entusiasmado con el proyecto... hasta que leyó el guion. Se habían hecho demasiadas modificaciones a la historia (las águilas eran un medio de transporte habitual en la Tierra Media, la posada El póney pisador se había convertido en un hotel, Saruman acababa suicidándose...) y Tolkien dijo que por ahí no pasaba. Finalmente, la película se canceló.
En 1969 (solo dos años después de rechazar a los Beatles) Tolkien vendió los derechos de El Señor de los Anillos y El Hobbit a United Artists y la productora contrató al cineasta John Boorman para hacer una película de acción real. En el guion de Boorman desaparecían numerosos personajes y tramas, había una escena de sexo entre Frodo y Galadriel, y Arwen (que apenas aparecía) era una niña de 13 años. El proyecto también se canceló, pero esta vez por falta de presupuesto. United Artists acabó estrenando una película de dibujos animados dirigida por Ralph Bakshi. Era el año 78.
No fue hasta 1995 que Peter Jackson resucitó la idea de hacer una película de acción real. El director neozelandés Peter Jackson planteó en primer lugar un guion para dos entregas, pero New Line Cinema le pidió que rodara una trilogía. El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo se estrenó en diciembre de 2001. El resto es historia.
Es imposible saber qué habría opinado J. R. R. Tolkien sobre la adaptación de Jackson (su hijo Cristopher piensa que destrozó la historia), pero los fans de los Beatles y de Kubrick siguen fantaseando con una versión que no fue. En 2011, un concurso de la web Super Punch animó a sus seguidores a imaginar cómo habría sido el cartel de una hipotética película de El Señor de los Anillos protagonizada por los Beatles; vale la pena echar un vistazo y echarse a temblar. En una dimensión paralela, John Lennon hizo de Gollum.