
No debería sorprendernos el hecho de que los ordenadores a bordo de la nave espacial Apolo 11 eran básicamente primitivos en comparación con los ordenadores que todos llevamos en el bolsillo unos 50 años después. Pero ahora un desarrollador de Apple ha analizado las especificaciones técnicas a fondo y ha descubierto que incluso algo tan simple como un cargador USB moderno tiene mayor potencia de procesamiento.
Forrest Heller, un desarrollador de software que anteriormente trabajó en el accesorio de escáner Structure 3D de Occipital para dispositivos móviles, pero que ahora trabaja para Apple, ha analizado los números en cuanto a la potencia de procesamiento, la memoria y la capacidad de almacenamiento del cargador de 18W del Google Pixel, el SuperCharge de 40W de Huawei, el cargador Anker PowerPort Atom PD 2 y el ordenador de navegación del Apolo 11, también conocido simplemente como el AGC.
No es sencillo comparar directamente esos dispositivos modernos con el AGC de hace 50 años, que fue desarrollado a medida por la NASA para controlar y automatizar los sistemas de guía y navegación a bordo de la nave espacial de Apolo 11. En una época en que los ordenadores eran del tamaño de habitaciones completas, el AGC consistía de una caja de apenas centímetros de largo porque era uno de los primeros ordenadores que se hizo con circuitos integrados. Los ingenieros de la NASA diseñaron y construyeron el AGC con alrededor de 5.600 puertas electrónicas que eran capaces de realizar casi 40.000 cálculos matemáticos simples por segundo. Aunque hoy en día medimos las velocidades de procesadores en gigahercios, el AGC supuso un avance hasta los 1,024 MHz.
En comparación, el cargador Anker PowerPort Atom PD 2 USB-C incluye un procesador Cypress CYPD4225 que funciona a 48 MHz con el doble de RAM que el AGC y casi el doble del espacio de almacenamiento para las instrucciones del software. Habría algunos desafíos cuando se trata de hacer que todo el software que alimenta la nave espacial Apolo 11 funcione en equipos modernos, pero Heller explica en su web el por qué cree que solo cuatro de los cargadores USB de Anker podrían haber ayudado a tomar astronautas a la luna y de regreso
Sin embargo, ir al espacio no es un viaje fácil. Un cohete que despega de la plataforma es una experiencia muy diferente a pisar el acelerador en un auto deportivo. Los astronautas, y el equipo que los llevó al espacio, no solo fueron sometidos a intensas fuerzas G (la velocidad máxima del Apolo 11 fue de más de 38.600 kilómetros por hora mientras orbitaba la Tierra antes de dirigirse a la Luna), sino que salir de la órbita de la Tierra también los expone a radiación y otros desafíos que no se experimentan en tierra firme. En otras palabras, si bien un cargador USB moderno puede tener más potencia de procesamiento que los ordenadores de navegación del Apolo 11, es dudoso que puedan sobrevivir a ese viaje.