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Los deepfakes son especialmente aterradores cuando los hace un imitador profesional

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Gif: Jim Meskimen (YouTube)

En 2016, nos estremeció ver a una joven Carrie Fisher en la película Rogue One. Los productores habían tenido que crear un modelo 3D para superponer la cara de Fisher en el cuerpo de otra actriz. Un año más tarde, llegaron los deepfakes.

Los deepfakes son vídeos generados por un algoritmo de aprendizaje profundo a partir de imágenes que ya existían. Se popularizaron cuando alguien publicó un vídeo porno falso con la cara de Gal Gadot. Hoy, cualquiera puede acceder a algún software generador de deepfakes y crear, en cuestión de minutos, vídeos que podrían resultar más creíbles y realistas que la princesa Leia de Rogue One.

Para muestra, este vídeo del actor Jim Meskimen, que aprovecha la inquietante técnica para dar a conocer su trabajo como imitador profesional:

El resultado es tan bueno que cuesta darse cuenta del engaño hasta que aparece un bigote sobre la cara de Meskimen. El actor combina el deepfake con sus dotes para la imitación, ayudado con la voz, la expresión corporal y el hecho de que sus “imitados” sean hombres de cierta edad —como él mismo—, para que acabes olvidándote de cuál era su verdadero rostro. Da escalofríos.

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En orden de aparición, vemos las caras de: John Malkovich, Colin Firth, Robert De Niro, Tommy Lee Jones, Nick Offerman, George Clooney, Christopher Walken, Anthony Hopkins, Dr. Phil, Nicholas Cage, Arnold Schwarzenegger, Morgan Freeman, Bryan Cranston, Christoph Waltz, Joe Pesci, Jack Nicholson, George W. Bush, Ian McKellen, Ron Howard y Robin Williams.

El vídeo dura apenas dos minutos y medio, pero te deja pensando en las implicaciones de esto para el futuro. No creas nada de lo que ven tus ojos.