
El gobierno británico acaba de anunciar que prohibirá utilizar equipos de la marca Huawei en las redes 5G de todo el país, en lo que se ha convertido en el último varapalo a la marca china tras las repetidas sanciones que le ha impuesto el ejecutivo de Donald Trump.
Hace unos meses, Boris Johnson había refrendado su intención de mantener a Huawei como socio preferente en la implantación de sus redes 5G, aunque con ciertas limitaciones, como la imposibilidad de acceder a las partes centrales de su infraestructura entre otras cosas. Parece que finalmente las presiones de Estados Unidos han surtido efecto, por eso el gobierno de Reino Unido ha anunciado que no se podrán adquirir equipos 5G a partir del 31 de diciembre de este año y que eliminará todo lo que ya ha sido implementado hasta el momento durante los próximos siete años.
Hay que recordar que el pasado 19 de mayo Estados Unidos decidió meter a Huawei en su lista negra por supuestas sospechas de espionaje, riesgo para la seguridad nacional y otras acusaciones similares —aunque de momento no ha aportado pruebas al respecto—y desde entonces no ha hecho más que endurecer las sanciones impuestas sobre la compañía china. Estos mismos argumentos esgrime ahora el gobierno de Reino Unido que ha declarado que es la decisión correcta “para la seguridad nacional y la economía”.
Esta decisión podría ralentizar la implantación de la infraestructura 5G en Reino Unido y con el tiempo se verá si no termina en una reacción en cadena a la que se sumen más países de la Unión Europea.