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Lo que venían a decir es que cualquiera, desde el conductor de Uber hasta la propia Volvo que cedió el coche, o incluso los proveedores de piezas de automóviles individuales, podrían enfrentarse a cargos, todo depende de los resultados de la investigación policial en curso. Obviamente, el “conductor” del coche, Rafael Vásquez, de 44 años, podría estar en problemas si la policía descubre que de alguna manera “equivocó” al automóvil.

Según explica el profesor e ingeniero Ali Abbas, de la Universidad de California, muchos algoritmos de prevención de colisiones requieren información específica para funcionar, como el número de personas en el automóvil y el lugar donde están sentados, así como el número de personas en los vehículos que le rodean:

Algunos de estos algoritmos podrían ser modificables; por ejemplo, al afirmar que transporta un número falsamente alto de pasajeros, un conductor podría engañar a su automóvil u otros automóviles para que prioricen su propia vida sobre la de los demás, según cómo el algoritmo sopese las decisiones de crisis.

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El profesor explica al medio que por el momento no hay leyes en contra de hacer esto, pero si el engaño del conductor tuvo lugar en el caso de Uber, “ciertamente podría abrir una consideración legal en el futuro”.

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Para el profesor Bryant Walker Smith, de Stanford Law, el video que se publicó recientemente también indica que el conductor puede tener la culpa:

Si presto mucha atención, noto a la víctima unos dos segundos antes de que pare el video. Esto es similar al tiempo de reacción promedio de un conductor. Eso significa que un conductor alerta puede haber al menos intentado girar o frenar. Además, las imágenes también muestran a Vásquez mirando hacia otro lado del camino en múltiples ocasiones.

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¿Y Uber tiene culpa? Smith cuenta que Uber está en problemas si se descubre que ha lanzado coches que se conducen en calles abiertas y que sabían que estaban defectuosos. La policía no debería preguntarse si los algoritmos de Uber son perfectos, “pero puede haber una cuestión de cuánto sabía Uber sobre sus deficiencias”.

Sobre esto, el profesor Abbas explica que los algoritmos de hoy no tendrán nada que ver con los de dentro de 10 o 15 años, por eso lanza la siguiente pregunta: “¿Con qué precisión sabía la compañía que su algoritmo funcionaría antes de que lo introdujera en las calles? Es muy difícil y complicado saber eso”, concluye. [Mashable]