Todo comienza con una pequeña lesión o herida, después aparece otra y otra. En poco tiempo todo el cuerpo de la serpiente estará cubierto de llagas. Si tiene suerte su piel comenzará a mudar, eliminando la infección del cuerpo del reptil. Las menos afortunadas morirán y, en algunos casos, las más desesperadas pasarán más tiempo bajo el Sol para acelerar el proceso de mudar la piel, algo bastante arriesgado que las hace vulnerables a los depredadores.
Esta horrorosa infección por hongos es causada por un patógeno llamado Ophidiomyces ophidiodiicola, y está comenzando a poner bastante nerviosos a los científicos. Un nuevo estudio publicado en Scientific Advances indica que esta enfermedad infecciosa, la cual está afectando a un pequeño grupo de especies de serpientes en Estados Unidos y Europa, podría convertirse en una pandemia de proporciones globales.
Un equipo de científicos del Museo de historia natural de Estados Unidos, el Servicio geológico de los Estados Unidos y la Universidad de Maryland, College Park, asegura que la enfermedad fúngica en serpientes (SFD, según sus siglas en inglés) puede infectar diferentes especies de serpientes independientemente de sus predisposiciones genéticas, características físicas o el hábitat en el que se encuentren (si te lo estabas preguntando, este hongo no afecta a los humanos). Lo más preocupante e inquietante es que prácticamente todas las serpientes en el planeta podrían estar en peligro, por lo que ahora los científicos tienen que estar muy atentos ante esta nueva amenaza.
Frank Burbrink, conservador del departamento de herpetología del museo de historia natural de los Estados Unidos y autor principal del estudio, no escatimó palabras al hablar al respecto en un comunicado.
“En el peor de los casos”, explica, “nuestro estudio sugiere que los expertos no deberían solo buscar a ciertos tipos de serpiente que pueden sufrir de esta enfermedad, sino a cualquiera. Todas las serpientes podrían infectarse, o incluso ya estar infectadas.”
El Ophidiomyces ophidiodiicola solo infecta a las serpientes, ocasionándoles hinchazón en la piel, costras y nódulos. En muchos casos es una enfermedad letal. Los científicos no están seguros de cómo se transmite, pero se puede esparcir de serpiente a a serpiente al rozarse entre sí, o cuando se deslizan a través de un ambiente contaminado. En Estados Unidos esta enfermedad afecta a 23 especies salvajes diferentes, siendo las más afectadas la coral ratonera y la Thamnophis. La enfermedad es más prominente en el oriente de Estados Unidos, región en la que ya está ocasionando que disminuya la población. El estudio también menciona que la enfermedad se ha extendido a Europa y está afectando a tres especies diferentes en el continente.
Es muy difícil predecir el alcance y cómo se esparcirá una enfermedad fúngica de serpiente, por lo que el equipo de investigadores utilizó una red neuronal. El sistema de inteligencia artificial fue abastecido de datos genéticos de las serpientes, incluyendo las características físicas de cada especie. Según los autores del estudio, los resultados rebelaron que “los huéspedes de la enfermedad están dispersos de manera aleatoria filogenéticamente y ecológicamente”, lo que significa que la enfermedad puede afectar a cualquier serpiente sin importar su ascendencia o su ubicación. Esto sugiere que el 98% de las especies de serpientes en Estados Unidos están en riesgo y que la epidemia podría hacerse global. El modelo del estudio no es perfecto, pero aún así los resultados son alarmantes.
Este hallazgo es particularmente perturbador si tomamos en cuenta lo graves que suelen ser las infecciones fúngicas. Como muestra tenemos el síndrome de nariz blanca de los murciélagos y la quitridiomicosis que afecta a los anfibios. En el caso de los murciélagos ese síndrome se ha esparcido a lo largo de todo el territorio estadounidense. Al menos cuatro especies sufrieron una disminución considerable en su población, incluyendo una que podría extinguirse. Una de las razones por las que las enfermedades fúngicas son tan desagradables es que pueden infectar a varias especies, como es el caso del Ophidiomyces ophidiodiicola en las serpientes.
“Necesitamos saber más sobre el alcance de esta enfermedad”, comentó Burbrink a Gizmodo. “¿Cuántas especies ha infectado? ¿La mortalidad es elevada en todas las especies y poblaciones infectadas? ¿En qué partes del mundo está sucediendo esto? Además, necesitamos saber más acerca de la transmisión de la enfermedad y si los humanos están ayudando a su propagación. Es decir, necesitamos muchas más personas estudiando esto tanto en el terreno como en laboratorios”.
La muerte de muchas serpientes tendría efectos graves en el ecosistema. Sí, son capaces de asustarnos, pero también cumplen una función ecológica importante.
“Al ser depredadores de nivel medio, las serpientes pueden ser una parte integral de las redes alimenticias que consumen una gran cantidad de roedores y que a su vez son consumidos por otros depredadores mamíferos y aves de mayor tamaño”, afirma Burbrink. “Que desaparezcan las serpientes de cualquier población sería un gran daño para un ecosistema saludable para otros organismos e incluso para los seres humanos.” [Scientific Advances]