Sea como fuere, el sistema ha debido tomar partes que coinciden con otros vídeos y llegar a la ridícula conclusión de que está atacando a la propiedad intelectual. No sólo eso, el servicio incita a los clientes corporativos a “reclamar” (y monetizar) el trabajo de otras personas como propio.

De hecho, la lógica parece indicar que, de ser cierto los avisos, posiblemente esos cinco supuestos poseedores de los derechos de autor, que además están monetizando el ruido blanco, lo hacen a costa del “trabajo” de Tomczak, una situación completamente surrealista

Aunque no está directamente relacionado, en una semana donde YouTube ya ha visto cómo se le criticaba (con razón) por el caso de Logan Paul, es posible que el portal deba actualizar algunas de sus diferentes funciones que actúan de filtro con su contenido. [BoingBoing]