Lo que ves en la imagen de arriba es plutonio 238 incandescente. En concreto, óxido de plutonio 238. Y es exactamente lo que ha logrado que todos los instrumentos a bordo de la sonda New Horizons funcionen a la perfección tras recorrer 4.700 millones de kilómetros durante casi 10 años.
Durante las últimas semanas se ha hablado mucho sobre la misión de la New Horizons, hemos visto las primeras imágenes totalmente nítidas de Plutón (y aún quedan muchas por ver) y también de sus lunas. Pero hay un tema fascinante del que no se ha hablado tanto: ¿cómo se logra que una sonda de casi 500 kilos de peso funcione a la perfección tras viajar millones de kilómetros durante una década y logre enviar datos e imágenes sin problema? ¿Qué es lo que produce la electricidad que alimenta todos sus instrumentos científicos? La respuesta es el óxido de plutonio 238.
El químico británico Martyn Poliakoff explica magistralmente en un vídeo (lo puedes ver debajo al completo) cómo sin el plutonio 238 probablemente no habríamos llegado ni conocido Plutón como ahora. Los paneles solares que utilizan muchos satélites y sondas simplemente no hubieran funcionado. Plutón está demasiado lejos del Sol. Desde el planeta enano, el Sol se ve casi como una estrella más, algo mayor que el resto, pero un punto más en la nada. Para que los instrumentos de la New Horizons funcionaran se necesitaba otra fuente de energía, una que pesara poco pero que pudiera liberar gran cantidad de energía: el plutonio.
Foto: Back to the Future Wiki
El corazón de la New Horizons se compone de 10,9 kilos de óxido plutonio 238. No es el mismo isótopo que el utilizado en bombas nucleares (para estas se utiliza el plutonio 239 y 241), pero es una gran cantidad, el doble de lo que contenía la bomba nuclear lanzada sobre Nagasaki. El óxido de plutonio se consigue de manera sintética a partir del Uranio y el Neptunio y es un proceso extremadamente caro (de hecho EE.UU. dejó de fabricarlo y compró hace años plutonio a Rusia para sus programas espaciales). A medida que el plutonio se va degradando (tiene una vida de unos 88 años) va liberando grandes cantidades de energía térmica. Esta, transformada en electricidad, es la que alimenta todos los instrumentos de la New Horizons.
Los 10,9 kilos de óxido de plutonio a bordo de la New Horizons producen unos 280 vatios, suficiente para que funcionen todo internamente. La forma en la que el plutonio va encapsulado dentro del aparato es también clave. Los diferentes cilindros de óxido de plutonio van rodeados de iridio, un metal resistente a temperaturas de hasta 2.000ºC. Todo eso a su vez está rodeado de grafito y se pone en contacto con termopares, que transforman la energía térmica en electricidad.
En definitiva, física, química e ingeniería aeroespacial para alimentar un viaje histórico a Plutón, el planeta enano que precisamente dio nombre al plutonio. El círculo no podía ser más perfecto. Puedes ver debajo el vídeo completo de Martyn Poliakoff explicando todos los detalles del plutonio y su uso en la New Horizons. Merece la pena.
Foto de apertura: Wikimedia Commons
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