
En el mundo de los relojes antiguos, los cronógrafos Rolex Daytona son probablemente los reyes. Y las versiones llamadas Paul Newman, caracterizadas por un estilo de esfera muy particular, son legendarias. Por eso el último sitio donde esperas encontrar uno es en el interior de un viejo sofá de segunda mano.
Cuenta la leyenda que el actor Paul Newman usó uno de estos relojes que le regaló su esposa Joanne Woodward cuando comenzó las carreras de coches en 1972. Otras fuentes coinciden en que el reloj fue presentado a Newman antes, durante el rodaje de Winning en 1968 o 1969. En cualquier caso, se estima que solo uno de cada veinte Daytonas estaba equipado con ese dial “exótico” porque no se vendían tan rápido, y que solo se fabricaron de 2.000 a 3.000 variantes del modelo.

Al igual que con todos los coleccionables, la rareza y la popularidad del mercado son atributos de oro cuando se trata de relojes antiguos, y el Paul Newman Daytona 6241 cuenta con una combinación de ambos.

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Quien tiene un Paul Newman, literalmente tiene un tesoro.
Bajo este contexto nos podemos hacer una idea de lo increíble que fue encontrarse esta pieza en un sofá. Al parecer, el coleccionista de relojes y fundador de Bob’s Watches recibió una llamada hace unos días de una mujer de Canadá que quería vender un reloj.
La mujer le cuenta que un día estaba sentada en el sofá cuando se le cayó el teléfono. Metió las manos entre los cojines para recuperarlo, pero en lugar de su teléfono, sacó un reloj. La sorpresa fue mayúscula cuando se dio cuenta de que era un Rolex, y no uno cualquiera, era un Rolex Daytona 6241 Paul Newman.
La parte más surrealista de la historia llega porque el reloj no era de nadie de la familia. Es más, resulta que el sofá se había comprado en una tienda de segunda mano por 25 dólares cuatro años antes del descubrimiento.

Lo primero que hizo la mujer (que desea permanecer en el anonimato) fue llamar a la tienda por si alguien había preguntado por un reloj perdido o si sabían quién había sido el dueño anterior (por cierto, no quiso revelar la marca a la persona al teléfono para evitar que ésta intentara timarla).
Como la venta del sofá había ocurrido hacía demasiado tiempo, la tienda de segunda mano no tenía ningún registro de su dueño anterior, y mucho menos una forma de ponerse en contacto con el mismo. Fue entonces cuando la mujer comenzó a investigar el reloj en cuestión.
Un experto de Bob’s Watches se subió a un avión para visitar a la mujer. Efectivamente, el reloj era un genuino Rolex Daytona 6241 Paul Newman vintage, con un valor de mercado de 250.000 dólares. Un cuarto de millón que la afortunada espera invertir “en una casa y una operación de pechos”.
Lo dicho, quiene tiene un Paul Newman, tiene un tesoro. [RobbReport]