El oxígeno es el tercer elemento químico más abundante en el universo. En 1998, la NASA puso en órbita un satélite para buscar la forma molecular del oxígeno que respiramos los seres humanos (O2). No encontró nada, y los investigadores tuvieron que volver la vista del satélite hacia la Tierra para comprobar que funcionaba bien. ¿Cómo es posible?
Un grupo de astrofísicos de la Universidad de Siracusa, en Nueva York creen haber encontrado la respuesta al enigma, y no es otra que el polvo estelar. El oxígeno es la tercera sustancia más abundante detrás del hidrógeno y el helio. Sin embargo, su forma molecular respirable es rarísima en comparación con otras moléculas como el hidrógeno molecular. Por cada molécula de O2 hay millones de H2.
La explicación está en la energía de enlace del oxigeno, que es mucho más alta de lo que se creía hasta ahora. Diversas pruebas de medición realizadas por los investigadores de Siracusa dirigidos por el astrofísico Jiao He demuestran que la intensidad de los enlaces de oxígeno es el doble de lo que se creía hace décadas. Esta energía de enlace hace que los átomos aislados de oxígeno se unan a las partículas de polvo estelar antes que entre ellos.
Los pocos casos en los que se han encontrado concentraciones de oxígeno molecular mayores de lo normal, como la Nebulosa de Orión, se deben probablemente a ondas de choque que han separado temporalmente el oxígeno del polvo estelar. La medición explica, además, porque el agua sí es relativamente abundante en el espacio. Cuando están combinados con el polvo estelar, los átomos de oxígeno tienden a combinarse con hidrógeno molecular. [Astrophisical Journal vía Science]
Foto: Nebulosa de Orión, captada desde el telescopio espacial Hubble / NASA
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