El nuevo módulo BEAM de la Estación Espacial Internacional ha fallado en su primer intento de expandirse. Los ingenieros de la NASA y el fabricante Bigelow Aerospace están estudiando los datos de la operación para entender lo que ha ocurrido, pero no intentarán inflarlo de nuevo al menos hasta mañana.
La cápsula inflable llegó a la ISS con el penúltimo lanzamiento de SpaceX, que recordamos por el primer aterrizaje exitoso del Falcon 9 en medio del mar. A pesar de su aspecto y flexibilidad, el BEAM está fabricado con un tejido más fuerte que el metal de la Estación Espacial. La idea es que sirva de hábitat para la tripulación, pero éste es un prototipo experimental para estudiar la viabilidad del proyecto. Y no ha podido empezar con peor pie.
El astronauta Jeff Williams se pasó más de dos horas abriendo y cerrando una válvula para inflar de aire el módulo de 1.400 kg, pero algo falló y la cápsula sólo creció unos centímeros. La NASA canceló la misión y ha programado un segundo intento para el viernes mientras intenta averiguar lo que ha pasado. “Esperamos tener mas suerte mañana”, comentó la astronauta Jessica Meir desde Houston.
Si todo sale bien, el BEAM estará dos años acopado a la Estación Espacial Internacional. La tripulación no vivirá dentro, pero entrará varias veces para comprobar la temperatura, la protección contra la radiación y el funcionamiento general. La prueba más larga durará tres horas. Bigelow Aerospace imagina varios de sus módulos inflables conectados entre sí para alojar a toda una tripulación, por ejemplo, en nuestro viaje a Marte. [NASA]