
¿Cuántos años teníais la primera vez que visteis a un coyote persiguiendo a un correcaminos en la vid real? Yo tenía “hoy” años. La escena tenía lugar en el Parque Santa Cruz River de Tucson, Arizona, y por alguna razón me hace sonreír igual que lo hacen los personajes de Looney Toones.
Una de las cosas que más me ha sorprendido del vídeo es descubrir también que el correcaminos real (Geococcyx californianus) es un pajarito bastante más pequeño de lo que pensaba. Los adultos apenas sobrepasan los 50cm de longitud de la cabeza a la punta de la cola.
Cuando corren, los correcaminos agachan la cabeza y elevan la cola de una manera chocantemente similar a la del personaje de los dibujos animados. En esa postura, y gracias a la disposición de sus talones, son capaces de alcanzar los 32 kmh, aunque se han registrado casos en los que han llegado a los 42 kmh. Pueden volar, pero apenas lo hacen y solo en cortas distancias. Los correcaminos son autóctonos de las zonas áridas del sudeste de Estados Unidos y México, y pese a su simpático aspecto son unos depredadores implacables que se alimentan de tarántulas, escorpiones, pequeños mamíferos y hasta serpientes de cascabel.
El Coyote, por su parte es un pequeño pariente del lobo que ocupa todo el subcontinente norteamericano. Su peso ronda entre los 8 y los 20 kilos, y sobreviven matando pequeñas presas o colaborando con otros coyotes para abatir presas más grandes.
El Coyote (Wile E. Coyote. La E es de Ethelbert) y el Correcaminos son dos personajes creados en 1948 por el dibujante Chuck Jones y el guionista Michael Maltese para Warner. Ambos vivieron casi toda su vida en California, así que es muy probable que estuvieran familiarizados con los coyotes y los correcaminos mucho antes de crear a sus entrañables personajes. Sin embargo, para su versión del Coyote Jones se inspiró en una descripción del escritor Mark Twain en su novela Pasando Fatigas (Roughing It). En esa novela de viajes, Twain describe al coyote como “un esqueleto alargado, flaco, enfermo y de aspecto arrepentido. La viva imagen del ansia. Siempre está hambriento”. El resto fue aplicar el clásico juego del gato y el Ratón que tantos éxitos les dió a Tom y Jerry.
La vida imita al arte, y en el vídeo grabado por Michael Tomas Bogan, el correcaminos vuelve a burlar al coyote y este se queda pasmado mirando a cámara y regresa cabizbajo sobre sus pasos. No me hubiera extrañado verlo volver con un cohete marca ACME. [Twitter]