La mayor red de ordenadores del planeta tiene una potencia de cálculo ocho veces superior a la de los 500 superordenadores más potentes de la Tierra. Esta colosal red es única en su género y, sin embargo, no se utiliza para buscar vida en otros planetas, para decodificar genoma de distintas especies o para luchar contra el cáncer. La mayor red computacional del mundo se utiliza para obtener moneditas virtuales.
El observatorio que vigila la evolución de la moneda virtual conocida como Bitcoin acaba de hacer público que la red de ordenadores que se dedican a obtener esta divisa mediante cálculos ha alcanzado el Exaflop o, lo que es lo mismo, 1.000.000.000.000.000.000 operaciones de coma flotante por segundo. Por ponerlo en perspectiva, el superordenador Sequoia de IBM sólo es capaz de un 1.6% de esa cifra. Se calcula que aún tendrán que pasar cuatro años para que se construya una máquina con una capacidad equivalente.
Los Bitcoin no se compran ni se venden sino que se obtienen mediante cálculos matemáticos. Esta especie de minería digital está autorregulada de manera que, cuantos más Bitcoin se extraigan, más complejos son los cálculos necesarios para obtener nuevas monedas. Esto reduce la colosal red computacional a algo parecido a un grupo de genios de la ciencia a los que pusiéramos a resolver Sudokus enormes. Parece que el beneficio inmediato de una divisa virtual es más prometedor que cualquier otro beneficio a largo plazo al que dedicar toda esa potencia de cálculo [Vía The Genesis Block].
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