De hecho y según sus escritos, él sabía de antemano el tiempo que disponía para el trabajo y el momento en el que Albert y su madre abandonarían el experimento. Igualmente, Watson era consciente de las posibles consecuencias de sus experimentos. Cuando el psicólogo publicó los resultados escribió lo siguiente:

Estas respuestas en el entorno del hogar es probable que persistan indefinidamente, a menos que surja un método accidental para la eliminación de lo que le ocurrió.

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Al poco tiempo de terminar el experimento Watson fue despedido por la universidad. Más tarde escribiría un libro muy popular sobre la educación infantil donde aconsejaba a los padres no dar a sus hijos demasiado amor o atención. Curiosamente y “gracias” a este libro, varias décadas después aparecía en escena el psicólogo Harry Harlow, quién a través de una serie de experimentos largamente criticados por su dudosa moralidad, demostraba a través del estudio con monos Rhesus (sobre el apego) lo equivocado que estaba ante tales afirmaciones.

El estudio de Harlow da para otra entrada pero en el caso de Albert quedaba una duda por resolver. Tras acabar la investigación su rastro se perdió. ¿Quién era realmente y qué fue de él?

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Buscando al pequeño Albert

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Hasta hace no mucho, poco o nada se sabía acerca de la verdadera identidad del bebé. En el año 2009 surge la primera pista con la investigación que llevan a cabo los psicólogos Hall P. Beck y Sharman Levinson publicada en la American Psychological Association bajo el título de Finding Albert: A journey to Hohn B. Watson´s infant laboratory.

Ambos afirman haber descubierto la verdadera identidad de Albert tras una larga investigación revisando la correspondencia y publicaciones de Watson, así como los documentos públicos (por ejemplo el censo en Estados Unidos en 1920 y el estado de nacimientos y muertes). Beck argumenta que Albert era un pseudónimo de Douglas Merritte, hijo de Arvilla Merritte, una mujer que aparecía como nodriza en la Harriet Lane Home.

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Esta línea de la investigación tiene un final trágico. Y es que Douglas murió cuando tenía tan sólo seis años después de desarrollar hidrocefalia (una acumulación de líquido en el cerebro), posiblemente y según las pesquisas, debido a una infección de meningitis. El mismo Beck termina su artículo de forma melancólica, reflexionando sobre su propio papel en la historia tras la visita a la tumba de Douglas:

Mientras veía como ponían flores en su tumba, recordé un sueño en el que me había imaginado que se le mostraba al viejo Watson al bebé. Mi fantasía era pequeña entre las docenas de ideas falsas y mitos inspirados por Douglas. Ninguno de los cuentos y leyendas que nos encontramos durante nuestra investigación tenían una base real.

No había evidencia de que la madre fuera otra o que las fobias de Douglas se habían extinguido. A Douglas nunca le quitaron el condicionamiento, y tampoco fue adoptada posteriormente por una familia al norte de Baltimore. Tampoco fue un anciano. Nuestra búsqueda de siete años resultó más larga que su propia vida. Le puse flores en la tumba y me fui, mientras sentía una gran paz y profunda soledad.

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Lo cierto es que tras el trabajo de Beck surgió una nueva investigación que cuestionaba a la anterior. En este caso llevada a cabo por los psicólogos Russ Powell y Nancy Digdon, quienes ofrecían una identidad alternativa basada en los datos disponibles.

Según los psicólogos se trataba de William Barger, cuya madre también había trabajado en el hospital donde se llevaron los experimentos. Esta línea de investigación afirma que “Albert” (Barger) había muerto en el año 2007 con 87 años de edad. Además y según los psicólogos, esta versión estaría corroborada por un pariente cercano. Una sobrina de Barger que confirmaba haber convivido con el hombre reconociendo su antipatía y fobia hacia los perros.

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Si bien los investigadores aseguran que no había manera de determinar si este comportamiento estaba o no relacionado con el experimento de Watson, concluyeron a través de este familiar que Barger estuvo siempre al tanto de su papel como sujeto de pruebas.

En este caso y de ser así, Albert siempre supo que fue Albert.


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