El efecto Dunning-Kruger señala que las personas somos más propensas a sobrevalorar nuestras habilidades cuando rendimos, precisamente, por debajo de la media. Es decir, cuanto más incompetente es una persona en un área en particular, menos cualificada está para evaluar la habilidad de otras personas en esa área y, del mismo modo, para evaluar su propia habilidad.

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Las personas que carecen de la experiencia necesaria cometen más errores y toman peores decisiones, pero además las lagunas de su propio conocimiento les impiden detectar sus errores. En otras palabras: cuando alguien no reconoce que no tiene el bagaje necesario para desempeñar alguna función, muy probablemente pensará que ha tenido un buen desempeño. Como resultado, tenderá a sobreestimar de manera absurda sus habilidades y se creerá, por ejemplo, mejor conductor, mejor profesor o mejor amigo que la media.

Pero el efecto Dunning-Kruger no es una cuestión de ego que nos ciegue y nos impida afrontar nuestras debilidades. Al contrario: la gente suele admitir sus ineptitudes una vez que aprende a detectarlas. Simplemente no tiene capacidad para detectarlas. Justo eso fue lo que demostraron David Dunning y Justin Kruger mientras investigaban para la Universidad de Cornell, en Nueva York.

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“Disposición a opinar sobre un tema”, “Conocimiento sobre ese tema”, “Monte estúpido” (SMBC)
“Disposición a opinar sobre un tema”, “Conocimiento sobre ese tema”, “Monte estúpido” (SMBC)

Como explica la pareja de psicólogos en un artículo publicado por el Journal of Personality and Social Psychology, Dunning y Kruger comenzaron su estudio planteando cuatro predicciones relacionadas con el fenómeno de superioridad ilusoria que había quedado recogido en tantas encuestas:

  1. Los individuos incompetentes tienden a sobrestimar su propia habilidad.
  2. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer la habilidad de otros.
  3. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia.
  4. Si pueden ser entrenados para mejorar sustancialmente su propio nivel de habilidad, estos individuos pueden reconocer y aceptar su falta de habilidad previa.
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A continuación, probaron esas cuatro hipótesis con varios estudiantes de psicología de su misma universidad. En primer lugar, pidieron a los participantes que realizaran varios ejercicios de razonamiento lógico, gramática y humor. Después, les mostraron sus calificaciones y les pidieron una estimación de la posición que obtendrían en una clasificación general.

¿Qué ocurrió? Los estudiantes que habían tenido las peores notas sobrestimaron de manera escandalosa su desempeño y habilidad. A pesar de que las puntuaciones de sus pruebas los colocaban en el 12% inferior, ellos se habían visto a sí mismos entre el 62% superior. El estudio de Dunning y Kruger confirmó que esta mala predicción se debía a un déficit de su habilidad metacognitiva (la capacidad de reconocer su propia ineptitud).

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Para la segunda parte del estudio, los estudiantes que inicialmente habían hecho mal la prueba de lógica tomaron un pequeño curso de la materia. Entonces ocurrió, una vez más, lo que Dunning y Kruger habían predicho: esos mismos estudiantes empezaron a sentir vergüenza de su rendimiento original. Esa es la razón por la cual las personas con una cantidad moderada de experiencia o conocimientos tienen menos confianza en sus propias capacidades.

“¿Existe el derecho a permanecer ignorante?”, “No lo sé, pero me niego a saberlo” (Calvin y Hobbes)
“¿Existe el derecho a permanecer ignorante?”, “No lo sé, pero me niego a saberlo” (Calvin y Hobbes)
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Sí, el efecto Dunning-Kruger también funciona a la inversa: las personas medianamente informadas saben lo suficiente como para entender que hay muchas cosas que no saben, mientras que los que son expertos saben tanto de una materia que tienden a ser conscientes de lo bien informados que están, pero cometen el error de suponer que todos los demás están igual de informados. ¿Te suena ese profesor que llena la pizarra de funciones y ecuaciones y toda su clase te suena a chino?

Por desgracia, el efecto Dunning-Kruger es invisible para quienes lo experimentan, y es un sesgo que nos afecta a todos. Al fin y al cabo, todos somos incompetentes en muchas áreas. Pero es algo que puedes evitar siguiendo ciertas pautas. En primer lugar, toma menos decisiones en base a una autoevaluación de tus capacidades. Pide a otras personas su opinión y escucha lo que piensasn sin que te entre por un oído y te salga por el otro.

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Pero, sobre todo, no dejes de aprender. No es una frase motivacional sin más: cuanto más sepas sobre un tema, menos probable será que sobreestimes tus propios conocimientos. Como dice el propio David Dunning en su lección para TED-Ed: “Al discutir con un tonto, primero asegúrate de que la otra persona no esté haciendo lo mismo”.