La foto sobre estas líneas no es un montaje de Photoshop, es una planta real emitiendo una suave luz. De momento apenas da para leer un libro, pero abre la puerta a un futuro en el que las plantas iluminen estancias enteras y las farolas sean árboles.
La planta es una creación de un equipo de ingenieros del MIT. Las primeras pruebas brillaban solo durante 45 minutos, y ya han logrado extender esa duración a cuatro horas. En el futuro confían en poder hacerla indefinida. Lo más fascinante del procedimiento es que no implica el uso de ingeniería genética para crear plantas dotadas de un gen que las haga brillar en la oscuridad. En su lugar, la técnica empleada se basa en la nanotecnología.
Los investigadores han creado un cóctel de nanopartículas basado en la luciferina, un compuesto presente en los animales que emiten luz de manera natural, como las luciérnagas o algunos peces abisales. El cóctel tiene una proporción lo bastante baja como para no dañar la planta, y se introduce en ella mediante una cámara de presión. Al sumergir la planta (de momento han probado con plantas domésticas como la rúgula o la espinaca) en una solución con nanopartículas de luciferina, el compuesto entra en la planta a través de sus poros y se aloja en sus células, donde estas comienzan a producir la sustancia de manera natural.
Lo mejor es que el sistema permite introducir otros elementos en el cóctel de nanopartículas como una proteína inhibidora de la luciferasa bajo ciertas condiciones como la luminosidad ambiental. Ello permitiría a las plantas encenderse solo a medida que oscurece.
El siguiente paso del proyecto es aumentar la duración e intensidad del brillo y buscar un vector que sea más fácil de aplicar que la cámara de presión. Los investigadores del MIT confían en poder crear plantas capaces de iluminar oficinas o árboles luminosos para la ciudad. [vía Mit News]