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Los suplementos de omega-3 se han vuelto muy populares por sus supuestas cualidades a la hora de prevenir enfermedades cardiovasculares como los infartos. Sin embargo, quizĂĄ sus beneficios se han exagerado. Un nuevo estudio llega a la conclusiĂłn de que estos suplementos tienen poco o ningĂșn efecto.

Los åcidos grasos omega-3 son esenciales para nuestra salud y se pueden encontrar en un puñado de alimentos como algunos pescados grasos o los frutos secos. Las propias cåpsulas de esta sustancia natural aseguran en su prospecto que entre sus beneficios estå proteger la salud cardiovascular. No es, técnicamente, una mentira. Los resultados de los primeros ensayos clínicos con omega-3 si que permitían sugerir que el consumo de ese suplemento tenía beneficios.

La cuestiĂłn es que un equipo de cientĂ­ficos de la prestigiosa organizaciĂłn Cochrane systematic review ha reunido y revisado los datos de 72 estudios hechos sobre una muestra enorme de 112.000 personas. Todos esos estudios buscaban aislar los posibles beneficios de tomar suplementos de omega-3 en cualquiera de sus seis variedades de cadena corta o larga.

Después de eliminar 25 estudios cuya metodología los hacía poco fiables, los investigadores compararon el resto y descubrieron que no hay apenas ninguna diferencia entre tomar suplementos de åcidos grasos y no tomarlos. El riesgo de muerte por accidentes cardiovasculares es de 8,8% frente a un 9% en el grupo de control.

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Por otra parte, ĂĄcidos grasos de cadena larga como el ĂĄcido alfa-linoleico (ALA) sĂ­ que contribuyen a eliminar de la sangre los triglicñeridos, pero tambiĂ©n eliminan el denominado “colesterol bueno”, las lipoproteĂ­nas de alta densidad o HDL. El posible beneficio se anula. En algunos casos, la ingesta adicional de ĂĄcidos grasos reducĂ­a el riesgo de irregularidades cardĂ­acas de un 3,3 a un 2,6%, pero de nuevo es un beneficio tan marginal que no tiene un peso importante.

El estudio comparado de Cochrane se ha realizado a instancias de la OrganizaciĂłn Mundial de la Salud, que querĂ­a revisar precisamente los estudios clĂ­nicos de los 80 y 90 que ensalzaban las virtudes de estos suplementos. Al final el problema del omega-3 es el mismo que el de los suplementos vitamĂ­nicos. No es que sea malo tomarlos. Es que hacerlo no nos va a proteger de las enfermedades como si fueran una especie de vacuna. El profesor Tim Chico, del centro de medicina cardiovascular en la Universidad Sheffield y no asociado al estudio resume el problema perfectamente para The Guardian:

La experiencia nos dice que algunas dietas estĂĄn asociadas a un menor riesgo cardiovascular, pero tratar de reducir ese beneficio a un solo suplemento tiene muy poco efecto. SucediĂł con las vitaminas y ahora en Cochrane han demostrado lo mismo con el Omega-3. Los suplementos vitamĂ­nicos son caros. Mi consejo al que los compre para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares es que invierta ese dinero en comprar verduras.

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