
Los dadaístas en el arte, especialmente Marcel Duchamp, tendían a adoptar actos de azar como inspiración de su arte. Una de sus piezas, llamada The Bride Stripped Bare By Her Bachelors, Even (conocida en español como La novia desnudada por sus solteros o El gran vidrio), fue creada sobre vidrio y se rompió parcialmente, lo que supuestamente deleitó a Duchamp. Tomando esa idea o concepto en cuenta, un accidente que involucró a un tren del metro en las afueras de Rotterdam, Países Bajos, que se estrelló contra una barrera y una enorme escultura de la cola de una ballena le impidió caer al agua bajo el puente, deteniéndose por completo sobre la estructura, podría considerarse una gran obra dadaístas. Si me preguntaran mi opinión, diría que dejaran el tren ahí.
El tren estaba en Spijkenisse, entrando en la estación justo antes de la medianoche del domingo 1 de noviembre, y estaba completamente vacío, excepto por el conductor, por supuesto. Todavía no está claro qué causó que el tren siguiera moviéndose, incluso estando tan cerca del final de las vías. Pero siguió adelante, rompiendo la barrera, y en lugar de caer en picado unos 10 metros hasta el agua (probablemente fría) debajo del puente, el tren se detuvo sobre la colosal escultura de cola de ballena.

La obra, llamada simplemente Whale Tails (Colas de ballenas), es del artista y arquitecto holandés Maarten Struijs, y se instaló en la estación de metro De Akkers en 2002, pero puede que se haya iniciado su construcción en 1994.
Struijs fue entrevistado por el canal nacional NOS y dijo:
“Ha estado allí durante casi 20 años y... de hecho se esperana que el plástico se pulverice un poco, pero aparentemente ese no es el caso”.
No parecían preguntarle si pensaba que el vagón debería convertirse en una parte permanente de la pieza, pero de nuevo digo que creo que debería ser así. El tren podría atornillarse y reforzarse de manera segura en la cola de la ballena, y transformaría un trabajo meramente artístico en algo que también es histórico y dramático.
Además, pensemos en lo costoso que habría sido instalar un vagón del metro allí desde el comienzo. Tomemos esto como una señal y un regalo gratuito de una casualidad, del azar, y dejémoslo ahí. Esto seguro que la gente irá solo para ver semejante obra. ¿Cuántos artistas tienen la suerte de que una obra tenga una nueva vida como ésta?
Las autoridades han declarado que están intentando decidir cómo podrían retirar el tren de su extraña y peligrosa posición sobre la obra de arte, “en una forma controlada y con mucho cuidado”.