
Los aviones, como tantos otros espacios públicos, son lugares bastante sucios. Un reciente estudio de la Universidad de Victoria sugiere que la probabilidad de pescar un resfriado en un avión es 100 veces superior a lo normal. Afortunadamente, hay algunas maneras de velar por tu higiene.
Límpialo todo
TravelMath envió a un microbiólogo a recoger muestras de diferentes aviones para tratar de localizar qué lugares son los más sucios. En función de esas muestras pudieron estimar el porcentaje de bacterias en diferentes lugares como las salidas de aire acondicionado, las manillas de los lavabos o los cinturones de seguridad...
Las bandejas de los asientos se llevan la palma con 2.000 unidades formadoras de colonias (una unidad de medida estándar para contaminación bacteriana conocida como CFU) por cada seis centímetros cuadrados (el tamaño aproximado de un sello). En comparación, un smartphone solo tiene 27 CFU.
Si eso no basta para convencerte, la asistente de vuelo Sara Keagle reveló al Huffington Post que las bandejas solo se limpian una vez al día, al final de la jornada de cada avión. “He visto más pañales sucios que comida en esas bandejas, y nunca las he visto desinfectar después.” explica Keagle.

En otras palabras, si vas a usar la bandeja para comer, trabajar, o cualquier otra cosa, quizá quieras limpiarla antes con toallitas antibacterias. Probablemente también quieras limpiar los controles de la pantalla y la pantalla en sí. Si puedes, evita también entrar en contacto con las revistas del bolsillo delantero. Un estudio de Drexel Medicine estima que son algunos de los objetos con más gérmenes de los aviones.
Otro estudio de la Universidad de Auburn llegó a la conclusión de que bacterias como el Staphylococcus aureus (MRSA) o la E. coli pueden sobrevivir durante días en superficies del avión como las ventanillas o los reposabrazos.
Intenta viajar lo más temprano posible
Si quieres que el avión esté lo más limpio posible, trata de buscar un pasaje que salga a primerísima hora de la mañana. En Travel + Leisure preguntaron a varias aerolíneas sobre cómo limpian los aviones, y la mayoría confirmó que las limpiezas más exhaustivas (desinfectando las bandejas y repasando los asientos) tienen lugar durante la noche.
En otras palabras, que a primera hora de la mañana el avión estará mucho más limpio que a la noche. De igual manera ocurre con las almohadas y mantas, que solo están recién lavadas a primera hora.

Viaja con tu propia almohada y manta
Sara Keagle aporta un dato crucial sobre la higiene de las almohadas y las mantas: “Las mantas solo están recién lavadas a primera hora de la mañana. Durante el resto de la jornada se doblan y reutiliuzan.”
Es probable que prefieras llevar tu propia almohada. Tampoco es mala idea llevar algo de abrigo como una chaqueta o un pañuelo amplio para taparte. Ambos objetos pasan sin ser considerados equipaje y te ayudarán a echar una cabezada sin preocuparte de gérmenes.
Si no quieres cargar con una almohada propia o no es época de llevar chaquetas, el mejor consejo sigue siendo reservar el vuelo lo más temprano posible.
Sí, los aseos están sucios
Como te puedes imaginar, los aseos de un avión son una pesadilla para las personas obsesionadas por la higiene. Lo menos comprensible es cómo hay pasajeros que entran en ellos en calcetines o descalzos. Una asistente de vuelo lo dejó muy claro en Reddit: “Eso que hay en el suelo no es agua. Ponte los malditos zapatos”.
Según TravelMath, el botón de la cisterna del retrete tiene 265 CFU, lo que lo convierte en otro de los paraísos para bacterias del avión. Tampoco hace falta que intentes pulsarlo con el pie y te arriesgues a caerte. Simplemente lávate bien las manos después de pulsarlo. En cuanto al cierre de la puerta, no viene mal sujetarlo con un poco de papel higiénico al salir. Sea como sea, las toallitas higiénicas son una excelente idea en cualquier viaje de avión.