Tienes la idea perfecta para lanzar un negocio en Internet, ¿qué nombre le pondrías? Lo más probable es que acabes con algo parecido a Kaggle, Shodogg o Zaarly. El nuevo boom de las .com viene con combinaciones imposibles de consonantes y vocales y la razón, como sospechas, está en la falta de dominios.
Como señala el Wall Street Journal, un dominio legible, conciso y bien posicionado puede llegar a costar millones de dólares (no es una exageración, por investing.com se pagaron 2,5 millones de dólares el pasado año), y quedan pocos dominios .com de menos de cinco letras disponibles y que resulten pronunciables (muchas de las nuevas empresas recurren a otras terminaciones, como .io, en las que aún hay una gran cantidad de opciones disponibles). Elegir un nombre poco corriente tiene además otras ventajas, como evitar problemas legales con marcas ya registradas.
En cualquier caso, por ahora lo único que se puede hacer es aplicar el ingenio. Anthony Goldbloom, fundador de Kaggle, creó un algoritmo para encontrar la palabra más corta pronunciable con menos de tres sílabas y un dominio disponible. Solo encontró 700 resultados. [vía Wall Street Journal]
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