
El volcán Kilauea, uno de los más activos del mundo, convirtió la costa de Hawai en un terreno casi apocalíptico hace dos años. Su cráter cambió de forma rapida tras la terrible erupción que tuvo lugar en el 2018. Ahora, gracias a unas imágenes satelitales tomadas por la NASA, hemos visto que en su cima ha aparecido un enorme lago.
La superficie del lago no es nada desdeñable: tiene la misma superficie que cinco campos de fútbol juntos y una profundidad máxima de 30 metros.

Este nuevo lago ha sido formado por el colapso de la caldera del volcán, donde posteriormente se ha ido acumulando el agua. Pero la presencia del agua no es una buena noticia, ya que podría hacer que se produzcan más explosiones en el volcán.
Si el agua comienza a mezclarse con el magma, podría causar una mayor acumulación de vapor. Esto a su vez provocará un aumento de la presión en el interior del volcán, y quizás una liberación de lava más virulenta y, potencialmente, mucho más peligrosa.
Los vulcanólogos continuarán estudiando el Kilauea para tratar de comprender mejor cómo serán sus próximas erupciones.