Para algunos de nosotros, conocer a personas nuevas no es fácil. Es posible que en esa primera interacción seamos más tímidos de lo que solemos ser normalmente o que nos sintamos incómodos porque no sabemos cómo actuar. Además, casi siempre surge la misma pregunta: ¿les he caído bien?
No obstante, hay un simple truco para asegurarte de caer bien y a la vez crear una conexión más genuina con una persona: hacerles preguntas. Eso es lo que dedujeron los investigadores que estudiaron justo eso en un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology.
En el estudio, los investigadores analizaron las primeras conversaciones de dos grupos de personas: personas que se acababan de conocer sin ningún interés romántico y personas que se acababan de conocer mediante citas románticas rápidas.
De acuerdo con el estudio, los resultados revelaron que las personas que “hacían más preguntas, especialmente preguntas de seguimiento, gustaban más a sus compañeros de conversación”. En el caso de las personas en una cita, las que hicieron más preguntas fueron más probables de conseguir otra cita.
La razón por la que las personas que hacían más preguntas gustaban más, según el estudio, era porque demostraban que estaban escuchando sinceramente e intentando demostrar que la otra persona les importaba.
Además de hacer más preguntas, tampoco te tienes que preocupar por si has hecho una mala impresión. Algunas personas suelen considerar la primera interacción como una experiencia negativa, algo que la ciencia dice que está en nuestras cabezas, de acuerdo con otro estudio publicado en el diario científico Psychological Science.
Según los investigadores, “las personas sistemáticamente subestimaron lo bien que les caían a sus compañeros de conversación y cuánto habían disfrutado de su compañía”.
“Las personas están sesgadas por sus propios monólogos internos, que, después de interacciones sociales, pueden ser notablemente críticos y negativos”, escribieron los autores, añadiendo que los individuos suelen compararse con la “versión ideal” que tienen de ellos mismos.
Esto significa que muchas veces las personas piensan lo peor de la interacción y se obsesionan sobre cómo mejorar las cosas, algo que la mayoría de las veces no es necesario.
“Las personas pueden ser sus peores críticos, pero lo que es difícil de ver es que otros no tienen la misma perspectiva sobre sus fallos”, afirmaron.
Por lo tanto, inhala y exhala. Céntrate en hacer un esfuerzo sincero de conocer a la otra persona y no pienses en tus supuestos fallos. Todos somos personas con historias interesantes. Además, si somos sinceros y lo intentamos, también podemos terminar conociendo a otras personas increíbles.