
David Dowell, australiano de 34 años, se atrevió a comer un gecko por una apuesta en una fiesta el 1 de diciembre del año pasado. Tras ingerir el animal, continuó de fiesta antes de ir a casa. Dos días después, comenzó a sentirse mal. Dowell falleció a los 10 días, y la familia ahora busca respuestas.
“Estaba realmente enfermo y en el momento en que comenzó a vomitar estaba verde, fue cuando llamaron a la ambulancia” ha contado la hermana al diario The Sydney Morning Herald.
Al parecer, los médicos del Hospital Mater de Brisbane, Australia, al principio creyeron que tenía gastroenteritis y le iban a dar el alta. Sin embargo, la familia insistió en que no era tan simple. Lo admitieron para análisis posteriores y finalmente le diagnosticaron una infección por salmonella que en los siguientes días empeoró.
La salmonella generalmente se produce por agua o alimentos contaminados, o incluso en ocasiones por los erizos. Sin embargo, los reptiles también son una fuente conocida de la enfermedad bacteriana. Según explican desde el CDC:
El contacto con los reptiles puede ser una fuente de infecciones por salmonella humana. Los reptiles pueden ser portadores de la bacteria de la salmonella, aunque tengan un aspecto sano y limpio y no muestren signos de la enfermedad.
Sea como fuere, los síntomas de David empeoraron y su agonía llevó a los doctores a colocarlo en un coma inducido médicamente. Según ha explicado la madre:
Sus testículos estaban hinchados y tenía fuga de líquido de ellos. Los médicos dijeron que eso era normal, que era tan solo el líquido en la cavidad de su estómago.
Finalmente, el martes 11 de diciembre, tan solo 10 días después de tragarse el lagarto, el hombre murió durante una cirugía después de un fallo orgánico. Su familia dice que no están seguros de lo que lo mató, “aunque en el certificado de defunción real sí se mencionó la ingestión de un lagarto, así que supongo que fue eso”, explicaron a los medios. [IFLScience]