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Un nuevo estudio advierte que no estamos preparados para detectar un meteorito como el de Tunguska

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Los seres humanos nos preocupamos por los asteroides equivocados. A los medios les encanta publicar titulares sobre “asteroides potencialmente peligrosos”, una categoría creada por la NASA que puede ser un poco engañosa. Las rocas realmente preocupantes son las que no estamos rastreando.

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de EE. UU. conoce este problema y, afortunadamente, planea hacer algo al respecto, según un informe que el consejo divulgó ayer.

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Un mandato del Congreso de 2005 establecía que la NASA debe realizar un seguimiento del 90 por ciento de los objetos cercanos a la Tierra (NEOs) de más de 460 pies (140 metros). Según informa Quartz, estamos a solo una tercera parte de ese objetivo. Incluso para entonces, nuestro catálogo podría no ser suficiente según un documento reciente. Antes de poder rastrear algo, debe estar documentado, e incluso ese esfuerzo se está retrasando. De acuerdo con el nuevo informe:

Desde 2005, el número de NEOs catalogados en este rango casi se ha triplicado, mientras que el número total de NEOs catalogados se ha multiplicado casi por cinco. Sin embargo, según un informe de 2017 del Equipo de Definición Científica NEO de la NASA, las capacidades actuales de observación solo son adecuadas para encontrar menos de la mitad de los objetos de 140 metros de aquí a 2033. Las mejoras planificadas seguirán siendo insuficientes con respecto a la línea de tiempo que estableció el Congreso.

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Pero los asteroides más pequeños también pueden ser un problema. El mejor ejemplo es el meteorito de Chelyabinsk de solo 60 pies (18 metros) de ancho que no se detectó hasta que explotó sobre Rusia y su onda expansiva hirió a más de mil personas. Una roca ligeramente más grande sobre un área más poblada podría ser catastrófica.

La Estrategia Nacional de Preparación ante Objetos Cercanos a la Tierra y su Plan de Acción presentan una larga lista de acciones para prepar mejor a los EE. UU. ante la posibilidad de un impacto. Sus objetivos incluyen mejorar las capacidades para detectar y rastrear estos objetos, incluidos los de entre 50 y 140 metros de tamaño que podrían ser catastróficos a nivel local. Esto significa mejorar la capacidad de los telescopios y las computadoras para comprender mejor el tamaño y la composición de los asteroides.

También busca desarrollar mejores simulaciones que puedan evaluar el riesgo. Esas simulaciones serían utilizadas por grupos como FEMA, el Departamento de Defensa, la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa y otros. El plan es crear un grupo encargado de difundir los resultados de estos nuevos modelos. Asimismo, busca desarrollar misiones de respuesta rápida para desviar o interrumpir los asteroides que supongan una amenaza, y cooperar con gobiernos extranjeros en este tema. Finalmente, busca establecer protocolos prácticos sobre qué hacer en caso de un impacto inminente.

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El informe reconoce que los objetos cercanos a la Tierra tienen el potencial de ser realmente peligrosos, y tiene como objetivo hacer que Estados Unidos esté más preparado para un ataque así. “La implementación del Plan de Acción NEO aumentará la capacidad y preparación de los Estados Unidos, junto con los socios nacionales e internacionales, para mitigar el peligro de impacto que representan los NEO”, dice el informe.

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Ya hay algunas misiones relevantes en camino, como la Misión de Redirección de Asteroides de la NASA, la nave espacial OSIRIS-REx, que está en camino a estudiar el asteroide potencialmente peligroso Bennu, y la misión de la Prueba de Redirección de Doble Asteroide (DART), “la primera demostración de la técnica de impacto cinético para cambiar el movimiento de un asteroide en el espacio.”

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¿Estamos fritos? En un sentido existencial, por supuesto. Pero de alguna manera, a pesar de ser muy consciente de lo que sucede cada día en las noticias, siento que merece la pena salvar a los humanos.