Si no hay agua cerca la segunda opción es alejarse a unos 4 metros y medio del lugar de la explosión y tumbarse en el suelo con los pies juntos (para proteger los genitales) apuntando hacia la granada a punto de detonar. En esas circunstancias las posibilidades de un impacto fatídico son de solo un 1%.

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La última posibilidad, con la granada explotando en el agua, es la peor. Tirarse al agua garantiza que no, no te alcanzará la metralla, pero la compresión del agua generada por la explosión hará que la presión te reviente los pulmones. La sensación probablemente no sea muy agradable.

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