Fitbit ha recorrido un camino muy largo hasta llegar a la Fitbit Charge HR. En ese trecho ha habido de todo: productos innovadores, buenos pero insulsos y directamente defectuosos. La Fitbit Charge HR es el resultado de esos años de experiencia y se acerca, por fin, al cuantificador casi perfecto.
Qué es
Fitbit Charge es un medidor de actividad física, la sexta generación del dispositivo, con forma de pulsera que mide tus pasos, los pisos que has subido, tu ritmo cardíaco, el tiempo que has estado activo y la calidad de tu sueño.
Toda la información se muestra en una pequeña pantalla y, principalmente, en la aplicación móvil de Fitbit, disponible para Android y iOS. También puede sincronizarse con el PC mediante un adaptador Bluetooth (incluido) y un panel web.
Por qué importa
El camino que ha recorrido Fitbit como compañía hasta llegar al Charge HR es, de nuevo, muy largo. Pero como mencionaba en mi reseña del Charge (que es, en esencia, el mismo dispositivo pero sin el medidor de pulso y algún detalle extra), en esto de los medidores de actividad física, Fitbit es el original hipster. Ellos estaban antes que nadie, ellos comenzaron antes que nadie (hablamos de 2007) y todo ese bagaje se nota, mucho.
Llegados a este punto es probable que más de uno piense que exagero (o que Fitbit me paga). Ni lo uno ni lo otro, pero en realidad la afirmación tiene trampa. Fitbit es casi perfecto porque ha llegado a dar todo lo que el dispositivo puede dar de sí, literalmente. Hay muy pocas cosas que yo añadiría, perfeccionaría o cambiaría. Y la mayoría se deben más a una decisión personal y subjetiva que a una necesidad de mercado. Eso es muy bueno por un lado, pero muy malo por otro.
Usando la Fitbit Charge HR
Me explico. En cuanto a funcionalidades la Fitbit Charge HR hace exactamente lo que se supone que debe hacer: mide tus pasos con precisión, sincroniza en segundo plano y de manera casi instantánea, registra tu sueño de manera complemente automática (un detalle importante) sin ningún tipo de acción por parte del usuario, las aplicaciones móviles y la web están bien diseñadas, con información adicional y además, en este caso, registra el pulso de manera continua (de nuevo, importante) sin que eso suponga un duro golpe a la batería.
Además tiene algunas funciones extra, como control de dieta y calorías, que no es que yo use en el día a día ni marcan la diferencia de manera radical pero suponen un añadido interesante.
Hablando de la batería. precisamente por tener ese sensor de ritmo cardíaco funcionando de manera permanente, dura algo menos que en el caso de la Charge. En torno a un día y un día y medio menos. Es un detalle importante pero que no acaba de suponer un problema debido a que la duración en el caso de la Charge es, de base, bastante larga. Podemos esperar tener la Charge sin pasar por el cargador 5-6 días.
La Fitbit Charge HR no es la primera pulsera cuantificadora que incluye la función de medición del pulso cardíaco, tampoco será la última. Pero mientras que en el resto de pulseras es algo más parecido a un extra, una función ocasional, en este caso supone la identidad misma del dispositivo. El hecho de que esté midiendo de manera continua abre un universo de posibilidades y es, probablemente, el principal factor diferenciador frente a la competencia.
A nivel de aplicación está bastante bien integrado y es curioso ver como varía el pulso según los diferentes momentos del día. En mi caso, sube notoriamente al llegar a casa (cojo las escaleras, no el ascensor), cuando tomo mucho café o si juego alguna partida online especialmente intensa (maldito League of Legends).
El resto de funciones son idénticas que las de la Fitbit Charge sin medidor de pulso cardíaco. Se agradece, eso sí, que con el objetivo de que el sensor de pulso se quede fijo se hayan desecho por fin del incómodo sistema de cierre de los atenteriores modelos y tengamos ahora una pulsera con cierre de hebilla tradicional.
Nos gusta
- Que la medición del pulso sea continua. La integración del ritmo cardíaco con la aplicación.
- El nuevo cierre, más seguro, cómodo y fácil de abrochar.
- La calidad de los materiales, probablemente el salto más grande hasta la fecha.
- El resto de características simplemente, funcionan. La medición de pasos es precisa, el registro de sueño automático e invisible (no hace falta andar activándolo cada vez).
- Notificación de llamadas entrantes en la pequeña pantalla. No le va a cambiar la vida a nadie, pero se agradece.
No nos gusta
- El cargador sigue siendo propietario. Estamos en 2015. Por favor.
- El patrón del plástico del nuevo material acumula algo más de suciedad que los anteriores
¿Me lo compro?
Sí, pero. La parte del sí va por lo arriba expuesto, la Fitbit Charge HR funciona muy bien y en lo que a pulseras cuantificadoras se refiere está entre las mejores del mercado, si no es la mejor. Creo que no hay ningún punto por donde atacarla de manera consistente. Pero: es simplemente una pulsera, y en un mercado que está a punto de presenciar la salida del Apple Watch y donde Samsung y Sony también están dando pasos en ese sentido es muy probable que se quede demasiado atrás, demasiado pronto.
Si "sólo" quieres un cuantificador destinado a medir tu actividad diaria y la parte smart dentro de un smartwatch te da más igual entonces sí, es probablemente la mejor compra que puedes hacer. Si por el contrario crees que un smartwatch, que es más completo, va a satisfacer mejor tus necesidades, yo esperaría a la salida del Apple Watch o exploraría el resto de opciones del mercado, como la Sony Smartband Talk, el Samsung Gear S o el LG Watch.
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