Jony Ive, una de las caras más visibles de Apple en estas últimas décadas, parece decir adiós —y esta vez en serio— a la compañía tecnológica con la que ha mantenido 30 años de fructuosa relación.
En 2019, Ive abandonó Apple para montar su propia compañía: LoveFrom. No se trató de un divorcio en firme como podía parecer, puesto que LoveFrom firmó un sustancioso contrato de colaboración con los de Cupertino. “Estoy ansioso por trabajar con Apple muchos años más”, explicaba el propio Ive durante la consecución del acuerdo.
Sin embargo, tres años más tarde, ambas partes han decidido separar sus caminos, esta vez sí, para siempre, como ha desvelado recientemente el periódico The New York Times:
En estas últimas semanas, con el contrato a punto de la renovación, ambas partes acordaron no prorrogarlo. Algunos ejecutivos de Apple habían puesto en tela de juicio cuánto le estaba pagando la compañía a Ive y se sintieron molestos después de que varios de sus diseñadores decidieran unirse a la empresa de Ive.
El veterano diseñador comenzó a trabajar en Apple en el año 1992 y gracias a su impecable trabajo en materia de diseño industrial logró escalar posiciones hasta convertirse primero en vicepresidente de diseño, a inicios de la década del 2000, y después en director jefe de diseño, o “Chief Design Officer” (CDO), uno de los cargos más altos en la empresa.
El trabajo de Ive habla por sí solo: ha colaborado directamente en un sinfín de productos icónicos de Apple, como el iPod, el iPhone, el iPad, el MacBook, el Apple Watch o el iMac. De hecho, el veterano diseñador participó incluso en la creación del Apple Park.
Según desvela The New York Times, los 100 millones de dólares que le costaba a la compañía la colaboración con LoveFrom han supuesto una brecha importante entre ambas empresas, mientras que Ive a su vez se quejaba de que estaba harto de tener que pedir permiso a Apple para firmar a nuevos clientes. Finalmente, ambas compañías han decidido consumar su divorcio. Y esta vez, parece que de verdad.