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Qué le ocurre realmente a tu cuerpo si dejas de comer por completo (y cuánto tardas en morir de hambre)

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Probablemente, la mayoría de los que nos leen no se pueden hacer una idea de lo que significa pasar hambre de verdad. Cuando nuestro organismo realmente siente que la inanición está activa, encienda las luces rojas y pone en marcha un plan de emergencias de hasta tres etapas críticas antes del fatal desenlace.

Desde el punto de vista médico, la inanición ocurre cuando un cuerpo no obtiene las suficientes calorías y nutrientes. Ya sea provocada por la pobreza, la hambruna, las huelgas de hambre voluntarias o algunas condiciones médicas, la fisiología del hambre sigue el mismo proceso sin importar la causa.

Lo cierto es que lo que te puedes imaginar como “morir de hambre” no es algo rápido, es más bien todo lo contrario. Morir sin ingerir un solo alimento toma su tiempo, y con ello un sufrimiento al que nuestro cuerpo trata de adaptarse paulatinamente.

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Si bien nuestros cuerpos se apagan entre cinco o diez minutos después de estar sin oxígeno, o un par de días (una semana máximo) sin agua, dependiendo de las circunstancias, una persona puede durar hasta dos meses sin ningún alimento. Como decíamos, durante este tiempo el cuerpo pasa a través de tres fases metabólicas distintas para tratar desesperadamente de mantenerse con vida hasta que encuentres comida nuevamente.

La primera fase es aquella donde tu cuerpo elige la quema de glucosa. En tu estado normal (bien alimentado) tu cuerpo descompone moléculas de glucógeno para producir glucosa: el carbohidrato “amigable” que mantiene tus células bien alimentadas y funcionando. A una persona promedio generalmente le lleva unas seis horas después de alimentarse antes de que comiencen a sentir hambre.

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En ese punto tu cuerpo ha quemado toda la glucosa a la hora del almuerzo y está girando hacia los ácidos grasos: los bloques de construcción de las moléculas de grasa almacenados en tus tejidos para alimentarse. Esto inicia el primer gran cambio metabólico, justo en el momento en que tu cuerpo entra en la fase dos de la inanición: la quema de grasa.

Esta fase de quema de grasa puede durar de días a semanas. Durante esta etapa, llamada cetosis, nuestros hígados metabolizan los ácidos grasos y derivados más pequeños llamados cuerpos cetónicos. Estos reemplazan la glucosa como principal fuente de energía.

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Dichos compuestos vienen en tres diferentes configuraciones solubles de agua que se mueven desde el hígado hasta el corazón, el cerebro y otros tejidos durante los períodos de ayuno para tratar de mantener todo en marcha. Obviamente, en esta fase donde estás privado de nutrientes vitales el ser humano puede pasar por varios estados: deprimido, ansioso, letárgico, retraído, y finalmente comienza a tener problemas para concentrarse.

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La tercera y última fase de inanición comienza cuando toda tu grasa se ha quemado y el cuerpo cambia a usar sus reservas de proteínas finales. Esta fase está marcada por un rápido agotamiento muscular, las células de tu cuerpo comienzan a descomponer sus propias proteínas en aminoácidos que tu cerebro devora.

Estas proteínas son esenciales para el correcto funcionamiento celular, por lo que las cosas comienzan a ir cuesta abajo bastante rápido, en realidad, es una fase de auto canibalismo interno, llamado catabolismo, donde tu propio cuerpo se come a sí mismo desesperado por obtener la gasolina para vivir.

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Aún así, el cuerpo humano sigue siendo una máquina que trata de sobrevivir en ese último aliento, tratando de ejercer el menor daño posible “comiendo” las células menos vitales durante el mayor tiempo posible, manteniendo la esperanza de una próxima llegada de alimento.

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Sin embargo, después de semanas sin comida, una vez que el cuerpo ha quemado todos lo disponible: glucosa, ácidos grasos y proteínas, masa muscular... ya no hay donde mirar y el final está muy cerca.

En este punto cualquier cosa podría poner el punto y final, aunque la causa de muerte más común durante la inanición es un paro cardíaco debido a la excesiva degradación del tejido. El corazón simplemente ya no puede soportarse a sí mismo con unos recursos tan limitados. [SciShow]