
Estar solo en casa sin contacto con otras personas es la única manera de frenar el contagio en la actual pandemia de Coronavirus, pero el aislamiento tiene también sus riesgos. Un nuevo estudio ha hallado una correlación entre el hecho de estar (o sentirse) solo y los procesos inflamatorios.
Por inflamación se entiende la respuesta adversa del organismo ante diferentes tipos de agresión, sea debida a un agente infeccioso o a un daño físico. Los procesos inflamatorios son parte del sistema de defensa del organismo, pero distan mucho de ser agradables y son uno de los indicadores más clásicos de mala salud.
El nuevo estudio ha examinado casos clínicos que cursan con inflamación y los ha cotejado con 30 estudios sobre soledad y aislamiento. La conclusión es que las personas que están sometidas a cierto grado de aislamiento tienen en su sangre un mayor porcentaje de las sustancias que normalmente desencadenan los procesos inflamatorios (Proteína C Reactiva y fibrinógeno).
El problema del estudio es que solo ha hallado correlación, y como sabemos correlación no implica causalidad. La razón por la que las personas en aislamiento pueden llegar a sufrir de procesos inflamatorios peores o más frecuentes es aún una incógnita.
Por una parte, sabemos que el estrés empeora los procesos inflamatorios. Somos una especie social, y el aislamiento aumenta los niveles de estrés. Otra posible hipótesis es que el aislamiento provoque en nuestro organismo una respuesta inmune por sí mismo. Al sentirnos solos, nuestro cerebro percibe un mayor riesgo de sufrir daño o enfermar, y el resultado es un aumento del nivel de alerta del sistema inmune.
Finalmente está la cuestión de qué fue antes, si el huevo o la gallina. Los seres humanos tendemos a buscar aislamiento cuando nos hallamos enfermos. Esa respuesta implica que la correlación entre ambos fenómenos hallada en el estudio podría ser inversa. Quizá no es que el aislamiento provoque inflamación, sino que es la inflamación la que favorece el aislamiento.
Aún hay que profundizar mucho antes de hallar una respuesta concluyente al respecto. La actual crisis sanitaria provocada por la neumonía COVID-19, con miles de personas obligadas a permanecer en sus casas para frenar la pandemia, podría aportar datos muy valiosos en la investigación de este tipo de correlaciones. [Science Direct vía Science Alert]