El proyecto Lightsail puesto en marcha a iniciativa de la fundación privada The Planatery Society pronto será un juego de niños si la NASA pone en órbita HERTS. Se trata de otro proyecto para crear una nave propulsada por velas solares, pero mucho más ambicioso que todo lo imaginado hasta ahora. Un dato: la vela tendrá un diámetro de 20km.
HERTS son las siglas para Heliopause Electrostatic Rapid Transit System (Sistema de tránsito rápido electroestático para la heliopausa). La heliopausa es la frontera del sistema solar en la que el viento solar se une al viento estelar generado por otras estrellas. La referencia a este límite exterior del Sistema Solar es porque el objetivo del proyecto es precisamente alcanzar esa frontera en menos de diez años.
Parece mucho tiempo, pero sería un avance impresionante en comparación con lo que se tarda actualmente. Se desconoce la distancia exacta a la que se encuentra la heliopausa del sol, pero la sonda Voyager 1, por ejemplo tardó más de 30 años en llegar a esa zona. Voyager 2 confirmó que la forma de la heliosfera o zona hasta donde llega el viento solar es, en realidad, irregular.
¿Cómo será la nave que intente este viaje? Sus creadores calculan que para impulsar una nave de unos 500 kilos serían necesarias unas “velas” de cerca de 20 kilómetros de diámetro. Esta descomunal estructura no es una vela como la de Lightsail. Estaría formada en realidad por una serie de cables con carga positiva que serían los encargados de recoger las partículas de viento solar para obtener el impulso necesario. La dirección podría cambiarse en un ángulo de 30 grados. Para ello el equipo de astrofísicos que están desarrollando el proyecto calculan un viento solar a una velocidad de entre 300 y 700 kilómetros por hora.
El proyecto HERTS forma parte de la fase II del programa de conceptos avanzados de la NASA. La agencia ha destinado 500.000 dólares a financiar el proyecto, y las primeras naves podrían lanzarse en 2019 o 2020. Su éxito se confirmaría hacia 2025. Si el resultado es positivo, HERTS permitiría abaratar muchísimo el coste de las misiones y aumentar su número hasta las 50 o 100 misiones anuales. Explorar planetas remotos del sistema solar sería una tarea mucho más inmediata y sencilla. [NASA vía Popular Science]