Ayer comentaba que la misión de SpaceX a la Estación Espacial Internacional tenía un carácter muy patriótico para Estados Unidos. Marca el primer lanzamiento tripulado desde suelo estadounidense en nueve años, y tiene lugar en la misma plataforma de lanzamiento que vio despegar las misiones Apolo a la Luna y los últimos vuelos del transbordador espacial. Hasta el hashtag que está usando la NASA en las redes sociales desprende patriotismo: #LaunchAmerica.
Pero hay una historia subyacente que representa mucho mejor el significado de este lanzamientos para Estados Unidos, y lleva desde 2011 en preparación.
El 15 de julio de aquel año, Barack Obama llamó a la Estación Espacial Internacional desde el Despacho Oval para felicitar a los tripulantes de la misión STS-135, el último vuelo del transbordador espacial. Durante la llamada, el presidente mencionó una bandera que los astronautas habían llevado consigo.
“Entiendo que el Atlantis llevó una bandera estadounidense muy especial a la estación, una que había volado también en la primera misión del transbordador y que residirá en la Estación Espacial Internacional hasta que una compañía espacial comercial estadounidense lance astronautas a la estación”, dijo Obama.
“Sí, señor presidente”, respondió Chris Ferguson, el comandante de la misión. “Tendrá un lugar de honor hasta que el próximo vehículo lanzado desde suelo estadounidense traiga astronautas estadounidenses a la estación espacial”.
Curiosamente, entre los astronautas del Atlantis se encontraba el piloto Doug Hurley, que ahora es comandante de la primera misión tripulada de la nave Crew Dragon. Pero aún más curioso es que, ese mismo día, SpaceX publicara en Twitter un mensaje premonitorio: “iniciando secuencia de captura de bandera”.
Con la llamada de Obama y el posterior tuit de SpaceX dio comienzo un juego simbólico de atrapa la bandera que SpaceX lleva nueve años jugando contra Boeing. Ambas compañías forman parte del programa Commercial Crew financiado por la NASA para dejar de depender de la industria aeroespacial rusa y, en concreto, de las naves Soyuz, para ir a la Estación Espacial Internacional.
Tanto la Crew Dragon de SpaceX como la CST-100 Starliner de Boeing experimentaron numerosos retrasos y contratiempos, pero SpaceX ha logrado adelantar a Boeing y ha sido la única en completar una misión no tripulada a la estación, que en las próximas horas se repetirá con dos astronautas a bordo.
Si todo sale bien, Bob Behnken y Doug Hurley traerán de vuelta la bandera que la tripulación del Atlantis dejó en la Estación Espacial Internacional. Si todo sale bien, SpaceX ganará a Boeing el juego de atrapar la bandera que propuso Obama.