
Un nuevo estudio de jugadores de fútbol parece mostrar que los golpes leves repetidos en la cabeza pueden afectar la función cerebral de los atletas, al menos temporalmente. El estudio encontró evidencia de que los jugadores obtienen peores resultados en pruebas simples de coordinación visual y cognición justo después de cabecear una pelota, en comparación a los jugadores que solo patean pelotas, hasta 24 horas después.
Las lesiones cerebrales traumáticas (LCT) con síntomas visibles, como problemas de memoria a corto plazo o dolores de cabeza, pueden variar de graves a leves, y las lesiones leves a menudo se denominan conmociones cerebrales. Sabemos que cuantas más LCT experimente alguien, incluyendo conmociones cerebrales, es más probable que tenga síntomas duraderos o un mayor riesgo de futuros problemas neurológicos, como el Alzheimer. Pero la investigación también ha comenzado a sugerir que las lesiones leves repetitivas que no causan ningún síntoma, conocidas como impactos en la cabeza subconscusivos, pueden afectar la salud cerebral.
La mayor parte de esta investigación se ha centrado en estudiar personas en el mundo real durante un período de tiempo prolongado, como los atletas estudiantes durante una temporada de fútbol. Pero este nuevo estudio, publicado el jueves en JAMA Ophthalmology, es un ensayo aleatorio y controlado, lo que a menudo es considerado un mejor estándar de evidencia.
El ensayo reclutó a 78 futbolistas saludables que asistían a la universidad, con al menos cinco años de experiencia reportada en el deporte, y los dividió en dos grupos. Cada grupo jugaba con una máquina que arrojaba 10 pelotas a unos 40 kilómetros por hora. Un grupo pateó las pelotas, mientras que el otro las cabeceaba. Después, a todos se les dieron dos pruebas ampliamente utilizadas para medir problemas visuales sutiles relacionados con la cognición.
Una prueba hizo que los voluntarios trataran rápidamente de leer y responder números de un solo dígito de varias tarjetas a la vez. La otra prueba midió la distancia a la cual sus ojos perdían el foco de un objeto y veían doble mientras se acercaba a sus rostros: cuanto más lejos se encuentra el objeto cuando se empieza a ver doble, se considera que la conexión entre el ojo y el cerebro está má afectada.
Los investigadores encontraron que los jugadores que cabecearon la pelota tuvieron un promedio peor en ambas pruebas que los pateadores, incluyendo en las pruebas realizadas justo después del ejercicio, dos horas después y un día después. Pero los jugadores que cabeceaban informaron que no se sentían peor físicamente.
Los hallazgos, escribieron, “generan nueva evidencia de que los impactos repetitivos subconcusivos en la cabeza pueden afectar la función neurooftalmológica”.
Los ensayos clínicos son útiles para ayudar a demostrar un vínculo directo de causa y efecto entre dos factores, en este caso, repetidos impactos leves en la cabeza y problemas cognitivos a corto plazo. Pero todavía hay muchas preguntas sobre la gravedad de estos impactos sutiles en la cabeza y si ciertos factores de riesgo pueden empeorarlos.
Los jugadores que comenzaron en el deporte desde una edad temprana o que cabecean constantemente podrían verse más afectados por estos golpes, por ejemplo, pero eso no es algo que los autores pudieron probar en este estudio. Debido a que el ensayo solo tenía la intención de durar un día, tampoco podían medir cuánto tiempo exactamente duraron estos efectos cognitivos.
Sin embargo, si las personas realmente pueden ser lastimadas por golpes en la cabeza aparentemente inofensivos, podríamos necesitar mejores herramientas para medir ese daño, más allá de preguntarles a las personas si se sienten bien. Con ese fin, escribieron los autores, debería haber más investigación que estudie si estas pruebas de visión pueden ser una “herramienta clínica útil para detectar la lesión subconcusiva aguda”.